El microvlogging, es decir, las herramientas para publicación de vídeos cortos (comunmente conocidos como microvlogs ), llevan más tiempo entre nosotros de lo que parece. En los últimos meses las redes sociales se han revolucionado con la llegada de Vine o la extensión de vídeo de Instagram.
Orígen
Sin embargo, hace 5 años nació 12secondstv, una comunidad de microvlogging cuyos vídeos tenían la duración que todos podemos imaginar por su nombre, y de la que ya hablé en su momento en el blog Sin Futuro y sin un duro.
Duró menos de dos años, según su fundador Sol Lipman, no llegaron a alcanzar la masa crítica que esperaban. También, en la entrevista que le hicieron en Mashable, se sintió un poco decepcionado con las limitaciones que Twitter creaba en el ecosistema de apps. Antes incluso que 12Secondstv nació Seesmic, la aplicación de escritorio que hoy conocemos y que nació como plataforma para conversar por medio de vídeos de hasta 5 minutos. Tras ella fue Phreadz, en España se creó también una copia llamada yograbo.
Quizás todos estos intentos de microblogging llegaron demasiado pronto y era complicado llegar a una masa crítica capaz de producir y enviar vídeos (más teniendo en cuenta los móviles y la velocidad de conexión de entonces y que hacerlo desde el ordenador no es tan cómodo) y resulta curioso como ahora toda esta tecnología, que fue inventada hace casi 5 años, triunfa.
Auge
Ha llegado el auge del microvlogging. Twitter anunció la llegada de Vine que nos permite crear vídeos de 6 segundos, Instagram sumó el vídeo a su aplicación de fotografía, permitiendo grabar hasta 15 segundos. Incluso Ray William Johnson ha dedicado su último show a comentar vídeos de Vine.
El futuro de estas herramientas parece prometedor. Una cuenta con el apoyo de Twitter y otra con la de Facebook (algo con lo que no contaban sus predecesores) y, lo más importante, ambas cuentan ya con una fuerte comunidad de usuarios. El desarrollo de las cámaras en los smartphones y la velocidad de las conexiones móviles, han favorecido la reaparición del microvlogging que atraviesa ahora un gran momento y ha llegado – ¿para quedarse? – parece que sí.
Conclusiones
En mi opinión, aunque Twitter argumentó la limitación de 6 segundos de Vine para fomentar la creatividad de los usuarios, creo que esto no es suficiente. Quizás Vine pueda ser una buena herramienta creativa, pero para contar algo más, aportar un poquito más de información necesitaremos más tiempo. Algo que nos ofrece Instagram.
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